lunes, 31 de agosto de 2015

Filialidades y fidelidades: 30 tipos de amigas que todas tenemos (Entrega V de VI)


21. La amiga veleta

Como la veleta, que se mueve según el viento, este tipo de amiga juega a estar o no aleatoriamente, dependiendo de muchos factores. Sin desmerecer la honestidad de su afecto, nunca sabés si efectivamente contás o no con ella: no te llama ni te mensajea, desaparece una temporada completa, un año te invita a su cumpleaños y el otro no, se olvida de contarte que tiene un embarazo de seis meses, pero es la primera en clavarse una tarde entera a organizarte la casa cuando se enteró que te quebraste y no podés moverte de la cama. Aunque tiene buenas intenciones, el problema es que una nunca sabe con certeza que lugar ocupa una en su mapa relacional.

Como trata de quedar bien con Dios y con el diablo, la amiga veleta se especializa en seguir teniendo buena onda con esas personas a las que juraste no volver a tratar, pero de buena o de cobarde, sigue frecuentando esas personas por vos proscriptas, a las que te tenés que fumar en su cumpleaños u otros eventos. Por  ahí la escuchás criticando a otra amiga, con la que la ves al día siguiente a los abrazos, lo que a veces te da a dudar de la veracidad de sus afectos. Sin embargo, cuando está, su presencia marca la diferencia porque juntas la pasan bomba. Cuando se separan, siempre te quedan las ganas de volverla a ver pronto aunque sepás que su presencia próxima es un misterio, mientras sentís cierta melancolía sobre porque es que no se ven más seguido.

22. La amiga solterísima

Orgullosa de su estado individual, la amiga solterísima es una militante activa del permanecer sola, sin importarle los candidatos que se le acercan o las citas a ciegas que vos y sus otras amigas le ofrecen. Lejos de verse afligida,  ella vive su independencia con orgullo y gracia, y cada vez que puede usa la frase “yo soy sola”, que los demás escuchan como una catástrofe, pero que en sus oídos suena como un premio. Con seguridad alguna vez estuvo enamorada, pero fue tanto lo que sufrió, que decidió ahorrar en lágrimas y complicaciones, y nunca más le dio otra oportunidad al amor, lo que no vive como un problema sino como una liberadora decisión. 

Así solita y todo, ella todo lo puede: es una excelente profesional, es económicamente autosustentable, viaja por el mundo cada vez que se le antoja, no ahorra en ropa, restaurantes ni cualquier otro gusto que quiera darse, porque para ella la vida está para disfrutarse y no para andar sacrificándosela por otros. Ama sus sobrinos y a los hijos de sus amigas, aunque la paciencia le dure poco. Escucha con atención los pesares, descargos y quejas de sus amigas sobre sus maridos, y el backstage tan poco atractivo de la crianza de los hijos, mientras agradece en silencio lo sabio de su opción: no sabe de pañales, de noches en vela ni de renuncias, jamás deberá compartir con otro su cama, se levanta y acuesta a la hora que se le canta, no tiene que consultar nada con nadie,  y salir un viernes o un sábado o cualquier otro día de la semana en el horario que se lo ocurra, es un acto natural, cotidiano y espontáneo.

23. La amiga hija de puta

La amiga hija de puta suele ser escorpiana, y si no lo es, la gente cree que es por un error astrológico.  Es brava, directa, no tiene miedo a nada ni nadie, sabe lo que quiere y como conseguirlo y suele faltarle el sentimiento de culpa, lo que la hace aún más poderosa. Como si hubieran entrenado su afectividad por algún comando de la Gestapo, la amiga hdp no cree en el amor, ni en las pasiones ni en las sensaciones; para ella la vida es todo un asunto de voluntades. No recuerdas haberla visto llorar en público, simplemente porque eso nunca pasó. Vive las excentricidades afectivas de sus amigas con la actitud de quien ve una película en un idioma que no entiende. Carece de paciencia para con la vida humana y sus debilidades, y no duda en hacerlo notar, dejando a la gente al ridículo, salvo que la afectada sea una amiga suya, a la que acogerá con ternura de madre y defenderá con garra de león, porque cuando entrega el corazón, lo regala íntegramente y para siempre, y no dudará en protegerte con su vida, como una loba feroz. Tenerla entre tus amigas es una gran tranquilidad, porque debido a sus habilidades para el mal y el ninguneo ajeno, nadie quisiera tenerla de enemiga.

Su vida es una lucha contra todos los frentes y pareciera que ella así lo disfruta. Tiene mil juicios en curso, a los que alimenta y persigue con una voluntad espartana. Se pelea con los vecinos, con los clientes, con los proveedores, con tus otras amigas, y con todos sus ex (a los que les sacó todo lo que pudo y más, a la vez que siguen siendo víctimas de su hostigamiento),  con las actuales parejas de los ex y con las ex de los ex. Se pelea con su madre por política, con sus hijas por las botas que no quiere prestar, con su marido porque le respira fuerte cuando está durmiendo, con la gente que tose en público sin taparse la boca, con la que no le da prioridad en la cola a una embarazada y con los empleados con poco entusiasmo.

Habla poco pero cuando lo hace tiene una puntería certera para trasmitir lo importante o simplemente su opinión, que no edulcora frente a ningún público. No es criticona en el estricto sentido de la palabra, porque prefiere el deleite de decir las cosas de frente, sobre todo las negativas . Se ríe de la gente y de sus defectos sin disimulo, pero sus observaciones son de una agudeza tan exacta, que al escucharlos, aunque te lo propongas, no podés dejar de reírte a las carcajadas, más allá del cargo de conciencia, mientras rogás no pelearte nunca con ella porque sabés que tiene no sólo la información, si no también, probablemente, la más lograda habilidad de darte por donde más te va a doler .

24. La amiga espiritual

Gracias a Dios, y nunca mejor dicho, en casi todos los grupos contamos con un ejemplar de amiga espiritual. A ella recurrimos sobre todo en momentos de necesidad, como cuando buscas un consejo difícil,  en velorios, cuando te querés casar, bautizar un hijo o donar algo para alguna colecta.  Siempre tiene línea directa con algún cura, monja, pastor, mediador o maestro, a los que recurre constantemente, y a los que contactará según nuestra necesidad. Es tranquila, segura y de bajo perfil, salvo cuando las circunstancias la llaman a tomar el protagonismo, donde se lucirá estupendamente, haciendo más que ninguna y diciendo las palabras exactas en el momento adecuado. Son reservadas y suelen no criticar, pero las pocas opiniones que comparten, son tomadas como referencia y marcan una estatura moral en el grupo que tiende a imponerse en las ideas, aunque pocas veces en la práctica. Por momentos, a veces podemos percibir como aburrida, pero esa quietud no es otra cosa que el ritmo de su paz o estado alfa.

Si es católica, vestirá modestamente, con un prolijo y sobrio pelo largo, atado o suelto, según edad y circunstancia, y usará alguna que otra cruz o medalla y unos infaltables aros de perlas. Si práctica alguna religión alternativa, se vestirá en un look neo hippie oriental, practicará la meditación zen, hablará despacio y su alimentación irá mutando al vegetarianismo o algún otro estadio de purificación metabólica. Si es judía, será la anfitriona por excelencia, naturalmente sociable, conocerá a las viejas y nuevas generaciones de la comunidad y será una celestina imparable.

25. La amiga loba

Ella es una come hombres y disfruta en cuerpo y alma su calidad de diva. Vive para seducir de pensamiento y palabra y sus días son un agite constante para lo que va a vivir de noche. Voluptuosas por lo general, seguras, exitosas, poderosas, invencibles, elegantes, coquetas y sexys a toda hora, son buenas amigas pero mejores amantes. Disfrutan del sexo y de los excesos sin culpa, y  las más radicales sostienen que el amor arruina la atracción sexual, por lo que si se enamoran, no escatimarán en aventuras alternativas, cosa de no bajar la calidad de sus orgasmos.

Es la que se encarga de organizar todas las despedidas de soltera del grupo y nunca se le acaba la dosis de novedades para sorprender en cada evento. De tanta experiencia en este tipo de celebraciones desfachatadas, cuando al grupo le llega el momento ya de celebrar un baby shower o un bautismo, le es inevitable arrastrar algunos vicios del rubro, entonces se cuelan sin querer en estos inocentes eventos de pañales y tules blancos, algún nuevo producto de su revendedora de tupper sex o la última novedad en vibradores anatómicos.


De una agenda muy ocupada, sobre todo de noche, son muy sociables pero casi exclusivamente con la tribuna masculina, de la que consiguen favores imposibles que ella usa como comodines, para contactos laborales, agilizar algún trámite o lograr gestiones que a otra le demandarían años.  Aunque no cae bien entre las mujeres, es muy estimada por sus amigas. Sus aventuras suelen ser un soplo de aire fresco para la convencionalidad sexual del grupo, aunque la amiga loba blanquee en realidad la mitad de sus andanzas. Son las mejores consejeras a la hora de ponerle pimienta y combustible al amor, con secretos afrodisíacos que ellas comparten orgullosas.

lunes, 24 de agosto de 2015

Filialidades y fidelidades: 30 tipos de amigas que todas tenemos (Entrega IV de VI)


16. La amiga ocupada

Su ritmo de vida es vertiginoso como el de una montaña rusa: anda a mil, tiene dos teléfonos de sus dos trabajos, sus encuentros son siempre a las apuradas, come para llevar mientras lleva su cuerpo a algún lado porque vive llegando tarde. Vive cada día como el último, por lo que todo es para hoy, si no pudo hacerlo con la anticipación de ayer. Como si no corriera todo el día, su único momento de tranquilidad es salir a correr, aún lo fuerte de la contradicción.

Si algo le admiramos a esta amiga es su capacidad de multitasking: mientras maneja, lee, se corrige la pintura de uñas y va armando en su cabeza la exposición del nuevo proyecto que presentará en la empresa la semana próxima. Suele no llamarte por teléfono porque eso para ella es perder el tiempo, lo que sustituye con un Whatsapp o una nota de voz. Mientras se junta con amigas, organiza su agenda, a la que carga a todos lados, limpia su cartera o hacen algún trámite bancario sin perder un ápice del hilo de la conversación.

No son pocas las veces en las que te dice que no puede participar de alguno de los programas por lo abultado de su agenda, pero aunque sea tarde, trata de llegar. Eso sí,  a abstenerse de pedirle que haga las compras para alguna cena, que sea la encargada del regalo grupal, que se junte para organizar el video sorpresa para alguna amiga o que te ayude a decidir tu vestido de novia, porque nunca tiene tiempo para esas nimiedades. Sin embargo, por aquellos misterios de la vida, anda siempre con pelo de peluquería, tiene su placard a la moda, nunca está sin depilar, paga todos los impuestos al día y jamás renuncia a sus dos sesiones semanales de mensaje, lo que irremediablemente te lleva a desconfiar si lo que no tiene es tiempo o tiempo para alguien que no sea ella.

17. La amiga autodestructiva
Con mejores o peores momentos, cualquier grupo de amigas mujeres cuenta con la amiga con tendencia autodestructiva que necesita la contención de todas. Por supuesto que fuma sin parar, chupa y putea como un huaso, y para ella la vida es una mierda por definición. No hace deporte ni se cuida en las comidas ni en nada porque argumenta que de algo se ha de morir, y mejor morirse a tiempo cuando aún quedan ganas de vivir y no siendo una vieja decrépita. Se lleva mal con su cuerpo, abusa de los fármacos, y se exceden en la comida o suelen prescindir de ella, de acuerdo al estado de ánimo o al desarreglo alimenticio de turno.

lunes, 17 de agosto de 2015

Filialidades y fidelidades: 30 tipos de amigas que todas tenemos (Entrega III de VI)

11. La amiga médica
Con o sin título oficial que la avale, porque a veces no estudio medicina o enfermería sino que es la mujer de un médico o visitador médico,  una madre muy experimentada por la casuística familiar, una hipocondríaca orgullosa, o una simple y muy talentosa autodidacta, la amiga médica va a ser consultada por todas sus amigas, sus hijos y los hijos de sus amigas, sobre que tomar para librarse de tal o cual virus o  sobre que dieta seguir en caso de indigestión. Se toma su tarea tan a pecho, que se niega a apagar el teléfono por las noches, no vaya a ser caso de que algún enfermo la solicite.
En su heladera puede faltar la leche, el queso o algún otro básico, pero jamás su botiquín andará desprovisto de algún medicamento presente en todo vademecum respetable.  Cuando viaja, lo primero que prepara es el “bolsito de los remedios”, un bulto con entidad propia y peso considerable, al que lamenta tener que despachar a bodega después de las restricciones impuestas al líquido y otras sustancias medicinales en los aeropuertos internacionales después del 11 de septiembre, y sobre el que todos sus acompañantes descansan, porque si ella viaja, no faltarán los trucos para recuperar la salud.

En su cartera lleva siempre pequeñas dosis tamaño muestra gratis de su botiquín básico, el que también incluye los rubros dermatológico y psiquiátrico, porque siempre está lista para ofrecer antídotos inmediatos frente a cualquier dolencia, a donde quiera que vaya, así sea a la esquina.
Es asombrosa su memoria para retener y repetir nombres de remedios, en versión genérica y por nombre comercial, como la posología indicada y sus efectos secundarios. Le encanta escuchar síntomas y teorizar sobre posibles diagnósticos, para luego darte con el medicamento o tratamiento indicado. Conoce toda la nómina de médicos de los principales hospitales de su ciudad, y hasta puede reseñarte una opinión de cada uno de ellos. A veces está tan segura de sus conocimientos que hasta suelen rivalizar teórica e imaginariamente con algún médico oficial, proponiendo alternativas diferentes a lo recomendado por el profesional.

Si la amiga médica es además una profesional de la salud con licencia, de igual manera la verás haciendo recetas para comprar pociones analgésicas contra el herpe bucal aunque su especialidad fuera la urología, o firmando órdenes de masajes para solicitar cobertura a tu obra social aunque su rubro sea el oftalmológico. A ella la llaman tus hijos a las once de la noche de un domingo para que complete la ficha médica del colegio por ser el día siguiente el último día hábil en que podían entregarla.

12. La amiga obsesiva de su cuerpo
La querés mucho así como es, pero salir a comer con ella es un verdadero bajón. Su lista de restaurantes donde puede encontrar alimentos aptos para su rutina a dieta es tan reducida como las calorías que consume, y aunque varias veces la convenciste y te acompañó a algún comedor como la gente, al final vos fuiste la que te arrepentiste siempre, como esa noche de invierno ideal para comerse todo, en la que te bajaste una lasagna casera y media con dos botellas de vino tinto, mientras su lánguida silueta hacía sombra comiendo una hoja de lechuga y tomando agua con limón.  Tampoco es recomendable que ella haga el pedido de delivery, porque todo el grupo se morirá de hambre.  Aunque no creamos que sea verás, ella dice que no le gusta el pan, las pizzas,  el lomito, ni las hamburguesas, por lo que si el programa es juntarse a comer en un casa, ella caerá con su vianda de atún y un tomate. En su alimentación, prioriza todo tipo de semillas, hojas verdes y jaleas reconstructivas.

lunes, 10 de agosto de 2015

Filialidades y fidelidades: 30 tipos de amigas que todas tenemos (Entrega II de VI)

En esta entrega, la amiga enamoradiza, la amiga sincericida, la amiga indecente, la amiga "friendemy" y la amiga intensa.


6. La amiga enamoradiza

Le gustan todos pero ese no es el problema;  lo malo es que se enamora fácilmente y en cada hombre que le da amor y luego se va, a ella se le va también una parte del corazón en cucharitas.
La amiga enamoradiza celebra el amor en todas sus formas y manifestaciones. Ama el rosa, los corazones, la pastelería, los detalles, el encaje, las novias, los bebés, las princesas, lo artesanal y las revistas de chimentos. Es melosa, cursi y empalagosa por definición. En el secundario, mientras el profesor dictaba clase, escuchaba a escondidas el combo Luis Miguel – Ricky Martín – Enrique Iglesias, a la vez que se hacía en su pelo un rulo involuntario con su dedo o comía nerviosamente su lapicera mientras pensaba en su chico del momento. No sorprende que allá sido la creadora de algún club de fans de alguna estrella berreta de la adolescencia. Quince años después, escucha nuevas versiones de los mismos autores y los chicos pop del momento en Radio Mía o alguna versión de radio de románticos local.  

Cuando fija su intención en alguien, investiga el perfil de usuario del galán en cada minuto libre que tiene o mira detenidamente su foto de Whatsapp por miedo a olvidarse de su cara. Su pasatiempo favoritos son las novelas, y como si tuviera el don de la bilocación, mira todas y a toda hora con la fidelidad de una fanática. Si sabe que va a perderse un capítulo, lo graba; los viernes a la noche suelen ser su peor momento en la semana, porque tiene que sufrir el “continuará” hasta el lunes, salvo que llegue a salir con algún chico después, lo que la ayuda a pasar el trago amargo del suspenso. Se compenetra de tal manera con los personajes, que los protagonistas de los culebrones de turno invaden su vida afuera de la pantalla, y la de su prójimo inmediato, porque ella compungida cuenta lo que le pasó a Sherazade o al Onur de turno a la gente que la rodea como si a alguien en realidad le importara, compara situaciones reales con lo que pasó en la tira la semana pasada, y a sus amigas, le encanta darles consejos basados en la experiencia que ella minuciosamente capturó en la trama ficcional.

Divide sus etapas en la vida de acuerdo al novio de turno, y cada vez que se enamora , lo que suele pasar con una velocidad de trueno, está convencida de que “este sí es el amor de su vida”. Apenas los candidatos le muestran deseos de “conocerla”, se dispone con tal envión que no sólo se presta para compartir un rato, sino que entrega en el mismo acto, la cama, la comida del plato, los gastos, el auto, sus propios gustos, que adapta con una capacidad de prodigio a los caprichos del otro, y sin duda, el corazón.

Cuando la relación funciona sobre ruedas no hay otro tema que el amor y/o “él”, que para ella es lo mismo. Suele adaptar todas sus palabras al diminutivo, para concluirlas con un “gordi”, “bebé”, “cielito” o alguna otra cursilería lingüística que se le pega con la decisión de un tic. La amiga enamoradiza nunca “coge”, sino que “hace el amor”. Deja el boliche y su compañero de caza, el alcohol, y sus nuevos programas favoritos son ir a ver comedias románticas llenas de parejas cursis y enamoradas como la de ella, ir a comer de a dos a algún restaurantito y levantarse temprano para desayunar de a dos en algún café, tomar un helado, o cualquier actividad que se resuma en comer, tocarse o estar echados, pero de a dos. Suele olvidarse que existe a pesar de su novio, y lo lleva como una prolongación a donde quiera que vaya, de compras, a hacer un trámite, o a lo de una amiga, donde lo deja depositado en algún sillón viendo televisión, mientras ella charla animosamente. La amiga enamoradiza se enamora especialmente de ese tipo de hombres chicle, que se pegan al zapato con la fuerza del poxipol, y no se despegan a pesar de los esfuerzos.

lunes, 3 de agosto de 2015

Filialidades y fidelidades: 30 tipos de amigas que todas tenemos (Entrega I de VI)

Una mujer se hace mujer construyéndose en su identidad por la relación con sus mujeres. Su madre será su primer amiga y después su primera enemiga, situación que en un final feliz se revierte años después; luego lo serán sus hermanas, y con suerte aunque no sin varios entredichos, lo serán toda la vida. Hasta que en la vida ella va eligiendo a las mujeres que pasarán junto a ella los mejores momentos de su vida, los más divertidos, los más solitarios, los más dolorosos, los más emocionantes, los más mágica o envenenadamente rutinarios.
Pero como situaciones de la vida, la mujer tiene varios tipos de amiga en su haber. Acá retratamos algunos (unos 30!):

En esta entrega: La amiga "yo nunca", la amiga insegura, la "sandwichito de miga", la negativa y la "in".

1. La amiga “yo nunca”
Todos tenemos una amiga “yo nunca”. Según ella, su vida es una sucesión de decisiones ordenadas para imitar, convicción que repite cada vez que te da un consejo utilizando algunas de sus sagradas experiencias con frases como: “Porque yo cuando….”, “A mi cuando me pasó,….”, “Yo sé lo que es…”. Nunca tomó de más, nunca se peleó con su novio, nunca se equivocó, nunca habló de más, nunca les salió una cana, nunca probó el alcohol, por supuesto nunca se drogó,  nunca fingió un orgasmo, nunca dio un paso en falso, o al menos eso sostiene, razón por la que al resto le da tanto gusto encontrarle una falta. La “Yo nunca” no es que juzga, sino que es una fundamentalista de su modo de ser y de pensar, y aunque nunca NADA, se siente con autoridad y estatura moral para aconsejar a quien quiera y no escucharla.

Su novio es el mejor, y nos pasamos tardes enteras escuchando sus virtudes con el ánimo de dejar en descubierto algún gris del impoluto príncipe. La amiga “yo nunca”, nunca admitiría haber hecho dieta, ni aún ese verano a sus dieciocho años cuando bajó diez kilos de repente y para después no recuperarlo jamás.

Siempre está bien, nunca tuvo mal humor, nunca la cagaron, y si alguien lo hizo, ella pudo salir aireosa y fortalecida para contarlo. Es una presencia positiva en el grupo, siempre va a tirar para arriba, y como tiene un gran ánimo y una alta autoestima, organiza actividades geniales y divertidas, que depende el ánimo general, tienen más o menos adeptas.  Su inmaculada concepción de sí misma, que de tanta buena suerte no está acostumbrada a asumir y reconocer frente al resto las pequeñas y grandes catástrofes de la vida cotidiana, la perjudica un poco para encontrarse con las vivencias de las demás amigas del grupo, por lo que cuando hay que echar bronca con alguna, la liga la “yo nunca”, pero no por que sea mala, sino por hacerse ver tan perfecta, lo que genera involuntariamente una a veces volátil desconfianza.